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LA MODA EN EL SIGLO XIX

  • Foto del escritor: periodicohistoriaUC
    periodicohistoriaUC
  • 27 jun 2020
  • 2 Min. de lectura

La moda ha cambiado a través de los años y en el Siglo XIX estas transformaciones estuvieron influenciadas por las diferentes guerras y movimientos. Como nos menciona Carreres (2015) tras la visita de Napoleón a Egipto, la forma de vestir adoptó un estilo mucho más oriental en el que se puso de moda el turbante. Tras la Guerra de la Independencia se volvió a utilizar un estilo español en el cual los hombres adoptaron la capa española. La moda en los hombres estuvo marcada por el uso de corbatas y chalecos con una alta influencia inglesa (imagen 1). En 1820 hay un cambio en la silueta de la mujer ya que vuelve la cintura alta, las faldas se ensanchan y las mangas de los vestidos se inflan. Los accesorios como los abanicos y los sombreros con flores y plumas se vuelven indispensables.

Para 1850 nace la crinolina que era un conjunto de aros de acero que permitían agregarle volumen a la falda del vestido (imagen 2). Debido a que no podían usar abrigos, las mujeres vestían capas y chales. Con el tiempo el vuelo de las faldas se concentró solo en la parte de atrás y a esto se le consideró polisón (imagen 3), a este estilo se le denominó “moda tapicera” ya que las faldas se parecían a las telas usadas para las cortinas de las casa. En el caso de la moda masculina nace el redingote que era un abrigo abrochado por delante y abierto en la parte inferior (imagen 4). También se popularizó la chaqueta norfolk que era utilizada para la caza (imagen 5).

Para finales del siglo XIX desaparece el polisón y los vestidos se hacen en una línea mucho más fina. El cambio más grande se da gracias a Charles Worth que abre el primer taller de costura en la historia y tenía a varias reinas como clientas. Asimismo, él propone un nuevo sistema de trabajo en el que se exponían los vestidos en maniquís de manera que las clientas elijan el que más les gustaba y estos sean ajustados a su medida (imagen 6). A partir de ese momento, la moda dejó de ser parte del desarrollo de las industrias textiles para convertirse poco a poco en un espectáculo





Referencia bibliográfica:


Redacción, revisión y edición: Alejandra Bastidas Ramos


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